Al echar la vista atrás y recordar mi época de estudiante en el colegio, uno de los mejores recuerdos que tengo es el del bolígrafo BIC. Efectivamente amigos freaks, hablamos de “el boli”. ¿Quién no ha utilizado uno en su vida? Es más, muy poca gente será la que desconozca la existencia de este maravilloso amigo, independientemente del color que sea: negro, rojo, azul, verde…Es el típico que lleva el tendero en la oreja, el estudiante en la cartera, el que utiliza el albañil para darte el presupuesto de una obra y el que utiliza el oficinista en su trabajo. Un bolígrafo que no distingue entre profesiones ni clases sociales.
Un poco de historia, El famosísimo bolígrafo de marca BIC no fue llamado así por su inventor, sino por el Barón Biche. El inventor del popular bolígrafo fue el húngaro Lászó Biró, que lo invento el año 1938 aunque hasta 1950 no recibió el famoso nombre de BIC.
Y las historias de este mítico boli son incontables, son propias de nuestra vida, nuestros escritos, nuestros apuntes, nuestras notas, todo ha estado siempre ceñido al boli BIC. Quien no recuerda, esos exámenes corregidos con bolígrafo rojo BIC. Y no se han contado pocas cosas de nuestro boli: que si "Un bolígrafo BIC es capaz de trazar una línea de cinco kilómetros de longitud”, etc. Que grandes recuerdos nos trae también su capuchón, esa forma, esa textura y ese sabor a plástico cuando te ponías a morderlo mientras mirabas a los ojos del profesor de turno pensando en que coño estaba diciendo, si lo que realmente lo que a nosotros nos importaba era escuchar la campana para salir al recreo…y llevarnos detrás nuestro BIC, ¡que grande fue y es este boli por dios!
Siguieron nuestros años escolares, y seguimos utilizando el boli Bic, y cuando llegó el instituto... ¡¡¡¡Esas pedazo de chuletas en el plástico transparente escritas con una aguja, o con la punta del compás!!!! De verdad... ¿Hay alguien en el mundo que no se halla hecho nunca una chuletilla en el Bic? Yo os juro que alucinaba en colores, había algunos bolis que tenían autenticas tesis doctorales escritas a modo de chuleta.
Ahora viene lo mejor, la gran utilidad que le supimos sacar al BIC y que tantas horas de risa nos ofreció: su utilidad como arma. Si freaks, como arma, una cerbatana magnífica. Consistía en quitar la recarga del interior del tubito, y entonces nos quedaba un perfecto conducto por el que podía pasar cualquier pequeño instrumento de ataque, las típicas bolitas de papel o granitos de arroz que lo metías en el tubito y soplabas para dar al empollón de la clase en la nuca, y luego lo escondíamos rápidamente (acción ninja) disimulando y pensando…pardillo todavía te quedan unas cuantas bolitas en la nuca. Claro que también estaban en clase los más osados que eran capaces de usar nuestra querida cerbatana para disparar al profesor, y aquí encontramos dos tipos de valientes: los primeros, los que lo hacían para hacerse el gracioso delante de la clase pero al final lo pillaban y quedaban fatal, y los segundos son los que llevaban el ataque con la frialdad de un ninja (no me cansare de repetirlo) y que hacían que sus ataques fueran infalibles.
Por poner una pega, podemos decir que tenían cierta facilidad para estallar y romperse en las mochilas o en cualquiera de nuestros bolsillos, y nos dejaban unas suculentas manchas típicas del boli BIC, pero nada que nuestras queridas mamas no supieran arreglar (previa bronca, claro está).
Además, es el único bolígrafo que yo sepa que tiene cancioncilla propia “Bic, Bic, Bic, Bic, Bic... Bic naranja escribe fino, Bic cristal escribe normal, Bic, Bic, Bic, Bic, Bic” ¿os acordáis del anuncio?
Ale, a escribir con el boli BIC de toda la vida, que para lo que cuesta, bien lo vale (yo tengo uno azul en mi mesa y de vez en cuando no resisto la tentación de morderlo hasta que saco del todo la tapilla del culo del boli), pero no os hagáis chuletas para los exámenes, que el truco es muy viejo y os pillan fijo.El boli BIC tiene un volumen de venta en todo el mundo que da miedo, se venden al día más de 1 millon de unidades BIC en todo el mundo. Y es que el bic es el bolígrafo que nunca ha faltado en nuestros estuches y que tampoco faltara en el futuro aunque aparezcan las plumas, los pilots, que si bolígrafos de tinta de gel, etc. El BIC seguirá siendo eso, “EL BOLI”.